Aguantar todo el embarazo sin saber el sexo del bebé para una persona impaciente es una prueba de amor. Os lo digo yo. Nada más enterarnos de que estaba embarazada, #papabitxo me dijo: No quiero saber el sexo del bebé. A mí en un primer momento, se me quedó cara del emoticono con los ojos salidos y los pelos de punta en color azul. Después de hablarlo y de ver que le hacía mucha ilusión, pensé ¿Por qué no? ¿Por qué hay que hacer las cosas como siempre? Al final era nuestro primer hijo o hija, nos daba igual lo que viniera y me acabó pareciendo hasta divertido. Lo primero que hicimos fue discutir sobre los nombres pero lo tuvimos claro: Olivia si era niña y Lucas si era niño. Esto fue fácil ya que ambos nombre nos encantaban. Aunque cuando le hablábamos en la barriga le llamábamos bitxito, al menos tenerlo decidido para cuando naciera. Luego vino la analítica…